Aprehensiva,

ya no se siente coextensiva con su cuerpo.

Furiosa,

nunca sale bonita en las fotos.

Temerosa,

siente que en la foto pueden atrapar parte de su alma.

Cuando encuentra un gato con tres patas.

Cuando

se le quema el arroz.

Cuando

le sacan una foto.

El

de “Señora”.

El

de “Reina de belleza”.

El

de “Campeona” de los pesos pesados.

Patética,

como tener un “gabán de fraile mendicante”.

Cómica,

como tener “más patas que un gato”.

Romántica,

como buscar los astros que “tiritan, azules, a lo lejos”.

Un

profesor enseñando a sus estudiantes.

Un

mendigo pidiendo limosna en la calle.

Un

gato enseñando sus cinco patas en el circo.

El

autorretrato es una fotografía, y la autobiografía es una película.

El

autorretrato no tiene una narrativa, y la autobiografía es una narración.

El

autorretrato es un poema, y la autobiografía es una novela.

Los

caligramas nos obligan a leerlos de abajo para arriba.

Tenemos

libertad de elegir dónde comenzar a leer los caligramas.

No

podemos leer el contenido del caligrama sin fijarnos en la forma del caligrama.

Los

caligramas son una selección de palabras ordenadas por orden alfabético.

Los caligramas son unas

palabras cuyo contenido depende de la forma, y viceversa.

Los

caligramas son unos dibujos sin contenido ni forma.

El

sujeto que enuncia el poema desde la primera persona gramatical.

El primer tema del que se escribe

en el poema.

El que

le encuentra la primera pata al gato.

Los

poemas no tienen contenido ni forma.

En

un poema no se puede desligar su contenido de su forma.

El

contenido del gato depende de la forma de las patas del gato.