Rosa

Luisa Márquez.

Luis

Rafael Sánchez.

Osvaldo

Dragún.

A

que tengan que comer carne de rata.

A

que su hijo salga perro.

A

que le salga un flemón en la encía y se infecte.

La

de la luna de miel.

La

del estreno de la obra.

La

del día en que renuncia.

Porque

no consigue otro trabajo.

Porque

desde niño ese era su sueño.

Porque

lo único que sabía hacer era ladrar.

La

mujer maravilla.

La

madre, la hermana.

La

comedia italiana.

No

sabe quién lo escribe.

Julia

de Burgos.

El

gato.

Dios

existe.

Yo

soy Dios.

Dios

no existe.

Según

el sujeto poético, mientras ella es la “esencia”, la otra es “ropaje”.

Según

el sujeto poético, mientras ella lleva “gabán de fraile mendicante”, la otra

lleva “zapatos de siete suelas”.

Según

el sujeto poético, mientras ella es la “grave señora señorona”, la otra es “un

gato de siete patas”.

De

distanciamiento, entre las dos se tiende “el más hondo abismo”.

De cercanía,

ambas flotan en el “Río Grande de Loíza”.

De

indiferencia, el sujeto le pregunta el nombre y Julia de Burgos le dice “soy tu

gato esta noche”.

Su

imagen.

Su miedo.

Su

gato.