Si se consigue entender perfectamente el modelo mental de los usuarios y se diseña el sistema con esta información, la ocurrencia de deslices es prácticamente imposible.

Como diseñadores no podemos hacer nada para evitar que los usuarios cometan errores, ya que es una característica del ser humano.

Un buen diseño de la interacción asegura que los usuarios nunca cometerán errores.

Un sistema usable previene en lo posible que se cometan errores, y asegura que, en el caso de producirse, no tengan consecuencias irreversibles.

Hay que distinguir entre los fallos que se cometen por una mala comprensión del diseño, y los deslices que pueda tener un usuario por accidente.