Las variaciones en el valor razonable de

un activo corriente mantenido para la venta suponen solamente incrementos del

patrimonio. 

Las subvenciones,

donaciones y legados a la explotación reflejan las cantidades entregadas

por la Administración Pública para asegurar una rentabilidad mínima o compensar

pérdidas de explotación.

Las empresas, conceden créditos o a un tipo

de interés sustancialmente mayor que el de mercado al personal de su empresa.

Los deterioros de valor consisten en contabilizar

la posible pérdida, por insolvencias de las empresas donde hemos realizado la

inversión. 

Las fianzas son un efectivo entregado como garantía del cumplimiento de una

obligación, a corto o a largo plazo. 

Las inversiones financieras, sean de renta fija o

variable, se valoran por su precio de adquisición. 

La empresa clasificará un activo no

corriente como mantenido siempre que quiera. 

Para

contabilizar las pérdidas sufridas por los créditos impagados utilizaremos la

cuentas 667. Pérdidas de créditos no comerciales.

Toda transacción en moneda extranjera, ya se

trate de partidas monetarias o no monetarias, se convertirá a moneda funcional. 

El único

elemento patrimonial que no sufre depreciación, y por tanto, no se amortizan

son los edificios.