Supervisa la autodeterminación de los territorios heredados de Alemania y Japón (estados enemigos) tras la Segunda Guerra Mundial. Estos territorios fueron adjudicados a Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Sudáfrica para su administración en fideicomiso y bajo supervisión de Naciones Unidas de manera que fueran conducidos hacia su autodeterminación.

Garantizan

el derecho de los pueblos no soberanos a la autodeterminación, a

la igualdad de derechos humanos y a una

resolución de su status político y jurídico que puede incluir

una de

las siguientes opciones: 1) independencia, 2) libre asociación, 3) integración, o, 4) una cuarta opción no bien definida y acordada entre el territorio no soberano y la metrópolis que ejerce la soberanía.

Supervisa la autodeterminación de los territorios no soberanos. Manteniene una lista de 16 territorios todavía sin descolonizar. Presiona a las potencias soberanas a otorgar un proceso de autodeterminación a los territorios no soberanos y escucha los planteamientos de los ciudadanos de estos territorios.